ASTROLOGÍA PSICOLÓGICA

Re-Nacer en la mitad de la vida

Es muy probable que muchos de nosotros manejamos, alguna vez, un automóvil con determinada aplicación telefónica para el mejoramiento en la conducción con tráfico, buscando la ruta más eficiente para llegar a nuestro destino.

Quizás a Ustedes, tanto como a mí, les pasó en más de alguna ocasión que la aplicación telefónica se detuvo por algunos segundos arrojando advertencias con el característico mensaje “recalculando”.

Esto último pues el programa en el teléfono calculó, frente a diferentes variables presentadas en el momento, que a pesar de tener una ruta originalmente seleccionada frente a algunos cambios imprevistos se produjo un ajuste para llegar a nuestro objetivo sin alterar el destino.

Si tomamos el ejemplo anterior, para graficar el sentido de la vida humana, y sentamos la premisa de que nuestro destino es “ser feliz” es muy probable que lleguemos ahí de muchas maneras, a través de muchas rutas, y es por eso que el ejemplo anterior me gusta tanto porque la palabra clave es “recalculando”.

Pero, ¿qué es exactamente lo que recalculamos?

Por un lado el destino y al mismo tiempo la ruta para llegar a ese destino. Por ejemplo, alrededor de los 40 años, por diferentes motivos, se presenta una oportunidad Re-Nacer en la mitad de la vida y para tomar conciencia de que existen otras maneras de llegar a esa felicidad y que podemos tomar otras rutas más alineadas con quién de verdad somos.

Abordemos ahora esta etapa que comprende entre los 38 y los 42 años y que muchos astrólogos definen como la “crisis de la mitad de la vida” por los sustantivos cambios y transformaciones que se experimentan a todo nivel y que involucran muchas área al mismo tiempo en esa etapa de la vida.

Repasemos -entonces- este periodo y veamos de qué se trata.

Entre los 38 y los 42 años la vida comienza a tomar otros rumbos; pasamos de vivir los planetas personales (Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte) que por años nos han ayudado a definir nuestra identidad, nuestros gustos, hacia otros rumbos como son vivir los planetas transpersonales (Júpiter y Saturno) para comenzar a tomar conciencia acerca de la estructura de la personalidad. Quizás nos demoramos años en crear esta estructura de la personalidad pero llega un momento en que ya no podemos seguir usándola porque limita nuestro rango de acción eficaz para resolver problemas de la vida diaria.

Alrededor de los 40 aparece también la  llamada “conciencia de límite”, término que escuché por primera vez de la mano de Alejandro Lodi y que se refiere a que en esta etapa nos damos cuenta que no somos lo que creíamos realmente que éramos. Ya no nos sentimos infinitos, ni inmortales, como en años anteriores. Ya no sentimos que la vida es eterna y tenemos -por ende- todo el tiempo a nuestra disposición para nuestros quehaceres, objetivos o sueños; nos damos cuenta que no tenemos toda la vida ni todo el tiempo del mundo a nuestro favor.

Entonces, suele llegar una primera conclusión que dice debo “poner manos a la obra” para conseguir aquellos sueños anhelados para no dejarlos en el tintero.

Otra cosa que puede activarse por estos años, es que voy dándome cuenta que la vida pasa y deja huellas. Puedo ver a mis padres y/o a algunas de las autoridades o celebridades que comienzan a evidenciar los primeros signos de envejecimiento. Vemos la fragilidad en todas estas personas mayores a nosotros y que -hasta hace pocos años- eran nuestros ídolos, líderes o héroes. Eran los más poderosos, los más valientes.  

 

A lo anterior asoma la inminente llegada de la muerte; en lo más íntimo frente al caso de nuestros padres. 

Así, lentamente comienza a fraguarse en nuestro interior una crisis.

Entonces, aparece el qué quiero yo y aún cuando no sepa a ciencia cierta qué quiero, al menos sé que hay “algo” que ya no puede operar de la misma forma que venía viéndose o haciéndose y resulta entonces una inminente revisión donde lo antiguo da paso a una nueva persona que deseo emerja en mi.

Justamente en esta etapa colmada de revisiones y replanteamientos lo primero que podemos tener en cuenta es permitirme la exploración de mis más profundas verdades y para ello contar con la ayuda benevolente de los planetas lentos (Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón) que por medio de oposiciones y cuadraturas a nuestros planetas natales, nos permiten dilucidar una nueva premisa interior que plantea, ¿qué quiero ahora?, ¿cómo quiero vivir los próximos 40 años de mi vida?, ¿con quién quiero estar?, ¿cómo quiero vivir? 

Re-Nacer en la mitad de la vida

En un abrir y cerrar de ojos llegaron los 40´s y Saturno vuelve a hacer una oposición en su segundo retorno al Saturno natal y este aspecto me enfrenta con todas las decisiones en las que trabajé desde mis 28 años hasta ahora. De manera que comienzo a cuestionarlas y pasan bajo la lupa las estructuras: laborales, sociales, vinculares, espirituales y sexuales para ajustar si están acorde o no con mi nueva sensación interior.

¿Y por qué hacemos esto?, ¿por qué pareciera que queremos echar todos estos años por la borda y comenzar de nuevo?, ¿porqué queremos una nueva relación?, ¿o un trabajo con propósito? Porque a pesar de todo lo que logramos comenzamos a sentirnos vacíos pese al éxito logrado. Aun así, no nos sentimos bien.

Y esto no es solo una experiencia personal, no solo me pasa a mi. También le ocurre a otros “cuarentones” que viven igualmente cambios y despertares en sus vidas. También experimentan dudas profundas, se sienten perdidos y a veces descolocados donde -por ejemplo- el trabajo y el dinero dejaron de ser importante y por de pronto ya no son el eje de sus vidas.

Pese a que ya consiguieron posiciones importantes, como puestos de gerencia, y aun siendo prestigiosos dueños de empresas, ya no siente la motivación de antaño. Hay quienes teniendo familias hermosas ya no están conformes con sus matrimonios y no por malas convivencias sino porque son personas que han cambiado mucho en estos años y se han alejado el uno del otro dentro de la relación.

Algunos se divorcian, así como hay otros que no se atrevieron a mirar sus vidas continuando con sus relaciones. Algunas mujeres de 40 que no tuvieron hijos comienzan a cuestionarse si los quieren o no, porque saben que esta es la “última oportunidad” de tenerlos y quizás los menos se atrevieron a replantearse su orientación sexual, pero no importa lo grande o radical que haya sido el cambio, lo importante es observarlo libre de juicio y con curiosidad.

Curiosidad que quizás despertó por medio de Urano que hace una oposición a Urano natal, y que en mi caso me plantea preguntas como, ¿dónde está lo auténtico y lo genuino de mi ser?, ¿dónde está eso que me hace especial, único? ¿cuál es mi Re-Nacer en la mitad de la vida?

Logro percibir que mi vida podría ser diferente, comienzo a vislumbrar otras opciones, otras relaciones, otros escenarios y me doy cuenta que a estas alturas ya no puedo culpar a mis padres, a mis líderes, o a las autoridades, o a la vida que me impiden hacer lo que quiero hacer, sino que soy “yo mismo” el que lo está impidiendo y que si quiero cambiar algo de mi realidad, ¡debo actuar ya!. Para poder construir una vida que me haga feliz.

Cerca de los 42 años, Júpiter (en su cuarto ciclo) nos aporta optimismo, le da un nuevo sentido a nuestros días y nos da una dirección hacia la cual encaminarnos. Nuevos Valores florecen y comenzamos a ver la luz al final del túnel, nos sentimos más claros y comenzamos a trazar un nuevo destino mas acorde con mis nuevos deseos y con lo que de verdad soy, y va quedando atrás lo que mi familia quería, lo que la sociedad quería, y la importancia que le daba al “deber ser”.

Hoy yo soy mi propia brújula porque Júpiter nos ha puesto en contacto con lo que hay “más allá” de todo lo que conocíamos posible y estamos listos para descubrir nuevas filosofías de vida, nuevas ideas y nuevas pasiones e intereses por actividades que siempre quisimos realizar pero que ahora nos atrevemos a retomar.

Como si todo esto fuera poco Plutón entra en escena haciendo una cuadratura al Plutón natal y se acerca a nuestras vidas con un poder transformador y temas como el poder y la sexualidad cobran nuevo sentido en pos de si me atrevo a manifestarlos en mi vida. Ahora dispongo de una energía interior más potente que pulsa por salir, siento que tengo vigor, juventud y mucho por hacer aún.

Otro Re-Nacer en la mitad de la vida que dejo para el final,  y en ningún caso por ser menos importante, es el área de la espiritualidad y lo mágico de la vida. Acá Neptuno se hace presente con una cuadratura al Neptuno Natal y nos sensibiliza ante lo místico con preguntas como ¿quién soy en realidad?, ¿qué personaje soy en esta trama?

Si encuentro la respuesta el velo entre la realidad y la fantasía se comienza a disolver, comienzo a descubrir, ¿quién soy?. Porque me doy cuenta que el personaje que por años utilicé para definir mi vida se comienza a caer, y la trama heroica que viví también se derrumba. Porque Neptuno viene a ayudarnos a ver lo que está más allá de la representación que por muchos años asumimos como “realidad”.

En síntesis este periodo puede ser una de las etapas más desafiantes de la vida de una persona; a veces toca desarmar todo el mundo que por años construimos con ahínco, ganas y entusiasmo.

En este artículo no pretendo bajarle el perfil a los cambios que se viven en esta etapa, sino deseo plantar una semilla de esperanza para todos aquellos que estén transitando los 40 y dejarles el mensaje de que no importa lo difícil que parezcan estos momentos; atrévanse a vivir sus días con conciencia, a hacerse cargo de quienes en realidad son. Esta segunda etapa puede ser muy fructífera, es muy placentera y está llena de posibilidades increíbles, motivantes. Aún nos queda mucho por hacer.

Les aseguro que si responden al llamado de los planetas grandes satisfacciones llegarán a sus vidas porque AHORA SI expresan su VERDADERO SER y su Re-Nacer en la mitad de la vida

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